domingo, 4 de mayo de 2014

En busca de La Gran Belleza


Te propongo un juego antes de comenzar la velada, lector mundano. Mira las tres imágenes de abajo y piensa en una palabra que pueda unir a todas ellas. 
Escena de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.
Escena de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.

Escena de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.
Escena de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.

Escena de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.
Escena de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.


Tranquilo, vamos primero a la terraza -igual la conversación te ayuda- y luego hablamos al final.


  

Acaba de terminar La gran Belleza de Paolo Sorrentino. Aquí, en el Cineático, silencio sepulcral entre los asistentes.


[Nota: No quitar los créditos hasta el final del post o quemaremos España, Roma y el Mar Mediterráneo si hiciera falta]



  
-Son los créditos más bellos que recuerdo en muchísimo tiempo –dice Jep, recostándose en el sillón, encendiéndose un cigarro y mirando al techo intentando buscar respuestas.

  
Hoy los vinilos van a tardar en rodar por el gramófono de la terraza. Nadie se ha movido aún de los sofás. Los créditos parece que los han hipnotizado.

  
Salvatore rompe el magnetismo existente entre pantalla y espectadores. 
-¿Habéis visto cómo representa esta película a las jóvenes generaciones? Me parece de una crudeza casi denunciable.
 
-La representa en una encrucijada, en un lugar del que no puedes salir sin que te ahogue y te arrastre la marea de la cotidianeidad- le responde Hypatia.

Hugo por fin se desahoga. 
-Es que...,¡joder¡ ¡Me cago en la puta! Es una de las películas más sinceras que he visto. Representa a una sociedad enferma, llena de prejuicios y de hipocresía.

  
"Bebedores de absenta" realizada por Edgar Degas
"Bebedores de absenta" realizado por Edgar Degas



-Me recuerda al cuadro de Degas. Esos dos personajes tan juntos y a la vez tan separados... Unos ojos que nos avisan, de manera magistral, de la soledad del hombre contemporáneo. Una sociedad misántropa. –dice Wolfie-. A veces, misógina.


-Paolo Sorrentino dispara a todos. Tiene balas para todos. Para la burguesía, para las altas esferas religiosas, para el arte contemporáneo… Para el mundo en general y para Roma en particular- continúa Hugo.

-Y, ¿cómo representa el director a la gran ciudad de Roma?- pregunta Salva.


-La ciudad la representa igual que Hooper la dibujaba ya hace más de 80 años. Una ciudad tan masificada como solitaria. Unos ciudadanos que no creen en el futuro y, por tanto, que no tienen objetivos.- responde Jep, enseñándoles a sus invitados un libro de Edward Hopper y comparando sus cuadros con alguno de los fotogramas nocturnos de la cinta de Sorrentino.

  
Comparativa entre una escena de La gran belleza y el cuadro Nighthawks de Hopper.
A la izquierda, escena de La gran belleza de Paolo Sorrentino. A la derecha, Nighthawks de Edward Hopper.

La soledad del hombre contemporáneo.



La cabeza de Salva era un torbellino de dudas. 
-Pero, realmente, ¿de qué trata la película?

-Yo creo que de la búsqueda de la belleza. Gambardella la encuentra a los 65 años, lo que le capacita para poder empezar su propia novela. Y creo que la belleza la encuentra donde la dejó: En la juventud- responde Roark.

-Todo lo que decís está muy bien pero, ¿qué es la belleza?- pregunta Jep con cierta malicia.


El silencio se adueñó del oscuro salón de Jep. Nadie se atreve a hablar. Varios minutos de reflexión; varios minutos viajando por el río Tíber de los créditos intentando encontrar respuesta.

Una voz vuelve a romper el nostálgico silencio. –¿Os habéis fijado cómo nos estamos dejando llevar por la corriente del río Tíber?



Silencio. Mucho silencio.


Hoy creo que la señora Noche no se acuesta. Mucho debate se prevé. Muchas preguntas que hacer, muchos cigarros que fumar, muchos gin tonic que beber y mucho mundo que arreglar.

Tres escenas de "La gran belleza" de Paolo Sorrentino.
Tres escenas de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.


¿Ya, querido lector mundano? ¿Qué palabra piensas que las unen? Yo tengo la mía.

La palabra que las une es la belleza. Creo que es una búsqueda constante de ella a lo largo de la película y yo, entre otras, la veo personificada en estas tres imágenes.


La belleza está en la monja que no participa en el juego mundano del ‘bla, bla, bla’ sino que actúa. Que come raíces.

  • ¿Sabes por qué sólo como raíces? Porque las raíces son importantes.

La belleza está en esas aves migratorias, que sólo se paran para descansar, coger fuerzas y continuar su viaje hacia el oeste. En contraposición, la sociedad contemporánea, bailando congas hacia ninguna parte.

  • J. Gambardella: Son buenísimas las congas que hacemos en nuestras fiestas. Las mejores de toda Roma.

  • Señora: ¿Ah sí?
  • J. Gambardella: Geniales. Porque no llevan a ninguna parte

Escena de "La gran belleza" de Paolo Sorrentino".
La conga. Escena de La gran belleza de Paolo Sorrentino.


La belleza no es eterna. La belleza son destellos fugaces. La belleza no está en el maravilloso escenario romano en el que se encuentra la jirafa. La jirafa es la belleza. Destello fugaz. Tan fugaz que desaparece a golpe de mago. 

Curioso, ¿no? Curioso que estemos dos horas ante una fotografía maravillosa y escoja estas escenas. Quizás sea porque la belleza más inmediata de la película no nos permite crear nuestra novela. Quizás sea porque la belleza de la capital de un imperio sea insignificante si no tiene contenido.


Hoy, lector mundano, la velada la eliges tú. Decide si quieres sentarte a tomar un gin tonic o irte ahí fuera en busca de la belleza. Decide si quieres bailar una conga al ritmo de Raffaella Carrà o si prefieres bailar bajo la lluvia


Que no tengas que decir en tu 65 cumpleaños que es hora de dejar de hacer lo que no te apetece. Busca la belleza en los lugares más insospechados y seguramente sólo así podrás empezar ya tu propia novela.


En esta película veo que la conga la tienen como forma de vida; veo que la belleza la encuentran en una clínica de botox; veo que un amigo es aquel con el que hablas únicamente de banalidades del presente para poder soportarse mutuamente.

Sin embargo, yo tengo claro que las congas son sólo para las bodas; que la belleza está en aquel rincón de mi colegio donde hacíamos todo lo prohibido; y que un amigo…, un amigo es aquella persona que de vez en cuando te hace sentir un niño.



Que empiece la novela. 


En el fondo sólo es un truco. Sí. Sólo es un truco.


Basta con cerrar los ojos.




 
dadatecto.
 
 
 
 
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6 comentarios:

  1. Me ha costado sudores elegir lo que quería transmitir en este post. Esta película da para hacer 20 o 30 post.
    En La gran belleza yo veo a Fellini, a Sarte, a Platón, a Proust.... Muchas cosas. Pero sobre todo veo la belleza en los lugares más insospechados.

    Se nota que me gustó, ¿no? ;) Espero que disfrutarais tanto como yo cuando la vi. ¡Maravillosa! Se podría hacer una entrada con cada diálogo.

    Un abrazo!

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  2. Sí, se te nota. Pero es normal. Cuando yo hice mi reseña sobre "La gran belleza" en mi blog creo que también se me notó que me gustó una barbaridad.
    En cuanto a la palabra que jne las tres escenas, yo elijo la palabra "magia". Creo que la vida sólo es soportable gracias a la magia que proporciona la contemplación y creación de la belleza. La monja que se comunica con una realidad más allá de la vida humana, la increible posibilidad de que los flamencos en su preregrinar descansen en una terraza cittadina y el artista que hace desaparecer ante los ojos sorprendidos de los hombres una jirafa son elementos que hacen que la vida sea llevadera, nos acercan a lo inefable que en definitiva está en la base de la belleza.

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  3. Juan Carlos, en primer lugar, ¡muchas gracias por tu comentario!

    La verdad es que me gusta la palabra que has elegido. La magia. ¿Qué sería la vida sin la magia? Aquí, yo veo la magia en el contraste existente dentro de esas escenas, por ejemplo. Y esa magia del contraste quizás sea la que me da la belleza. Observo la espiritualidad de la monja en contraste con una sociedad que no cree en nada. Observo ese mágico momento en que las aves migratorias se posan a descansar en el mismo lugar en el que Jep y sus amigos bailan 'congas que no llevan a ninguna parte'. Observo ese mágico momento en que la belleza de una jirafa desaparece en contraste con un entorno que parece ser eterno y unos personajes que piensan que son eternos. Quizás la fricción de elementos tangibles con intangibles es la que nos da pequeños destellos mágicos de belleza. Tu elección la veo muy relacionada con la mía.

    Juan Carlos, en cuanto pueda me paso por tu blog a ver tu reseña sobre esta impresionante película. Se podría crear un debate diferente en cada escena de dicha película. La tienda de botox, el funeral, la 'obra de arte' de la niña en la fiesta,... Qué maravilla.

    ¡Un saludo!

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  4. Realmente, me gustaron mucho los comentarios de ambos, en especial porque pareciera que todos vimos la belleza en los mismos lugares -es tan bello lo que muestra, es tan evidentemente bello- pero cada uno hizo énfasis en algo, se quedó con esto y aquello, y cada mirada me parece válida. ¡Y me sorprende verme escribiendo esto porque soy una persona de lo más peleona! Será que la belleza nos hace tan buenos... jajajaja Fui al cine cuando se estrenó y volví a verla ayer, y creo que salí a buscar comentarios porque me dejó perpleja la expresión de indiferencia de la amiga a la que se la hice ver.
    En lo personal, no puedo dejar de ver la belleza de Roma. Las locaciones están absolutamente vacías y despojadas, pero creo que también hay en juego una elección estética de Sorrentino (recuerdo que me sorprendió mucho, por lo mismo, L'amico di famiglia). Elige mostrar recortes hermosísimos de Roma, y no siempre los más evidentes, al menos en cómo están recortados, insisto: la fuente de via Giulia, la cámara siguiendo a los personas por Piazza Navona sin hacer una panorámica, por ejemplo. Por otra parte, también se toma su tiempo para recorrer los palacios: otra vez, recortando, iluminando -literalmente- aquí y allá. En este sentido, pareciera que el problema es que los personajes no se detienen a observarla, la tienen tan cerca que no la ven (basta pensar en el el Coliseo, que apenas es un telón de fondo de la terraza). Me parece que Sorentino fotografió Roma con los ojos asombrados con los que la miramos los extranjeros. Asombrados por partida doble: recuerdo maravillarme con la belleza de la ciudad y no poder dejar de preguntar "¿Ustedes ven esto? ¿Ustedes siguen viendo lo hermosa que es esta ciudad?". En ese sentido, es peligroso acostumbrase a la belleza, es difícil recuperar la mirada de la infancia o la de la primera vez, que no son tan diferentes. Y me parece que en la película se buscan ambas, en la vuelta a Nápoles, en los paseos por Roma con las llaves de las princesas, en el recuerdo del primer amor, en el recuerdo del primer encuentro sexual en el que lo maravilloso fue ese joven haciendo magia (otra vez) con la pelota de fútbol aunque -justamente- era la primera vez que lo intentaba.
    Bueno, además de peleona-misántropa, soy logorroica sin remedio, así que termino el comentario acá. Les agradezco muchísimo por acercarme esos otros énfasis, como les decía. La película me pareció maravillosa (cuánta repetición de los mismos adjetivos!) y me encanta que me haya movido a comentarla, una actividad que me tiene desencantada, incluso en lo doméstico, después de años de estudiar, analizar, criticar literatura (y leer y escuchar tanta cosa hueca generada por el solo hecho de que algo hay que decir).
    Último: no me detuve a pensar sobre un punto y no sé si encontraría una respuesta, pero yo también veo belleza en esas congas, en esas fiestas. ¿La belleza solo tiene que ser profunda, tiene que llevar necesariamente a alguna parte? No son preguntas retóricas, realmente no lo sé y no estoy segura de si la película se inclina por una respuesta u otra. ¡Quizás también por eso me gustó tanto!

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    1. Un placer leerle, lector mundano! ;) Siento la tardanza pero ha sido temporada de muchas ocupaciones.

      Cosas muy interesantes las que planteas y de las que se pueden hablar durante una docena de veladas y no acabaríamos. ;) Las tres imágenes que puse al principio del post no sé por qué pero fueron las tres que me vinieron a la cabeza rápidamente mientras me planteaba dónde había visto la belleza a lo largo de toda la película.

      Seguro que cada uno tenéis unos fotogramas diferentes en la cabeza. Pero claro, habría que empezar preguntándose qué es la belleza y qué entendemos cada uno por ella. ;)

      Un saludo y espero vernos por aquí de nuevo entre copas.

      El Cineático de Jep.

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  5. Vi la película hace mucho pero estos días me ha invadido las ganas de devorarla otra vez y con otros ojos. Busqué otras miradas y hallé este artículo, muy bueno. ¿Qué es la belleza? es una pregunta infinita, imposible pero necesaria. Creo que la respuesta es como la pregunta: algo inmenso pero inasible, algo tan fortuito pero tan necesario a la vez<. Bah, acabo de reducir mi gran emoción a palabras mundanas. Creo que la película justamente no puede darnos la respuesta sino en imágenes y escenas. Así que si quisieramos responder a la pregunta de la belleza con palabras la mejor manera sería haciendo poesía, con toda la ambiguedad y amplitud que la caracteriza.

    Me pregunto ¿qué pasaría si todo el mundo viera atento "La gran belleza" al menos una vez? Tal vez se detenga por un momento esta infinita conga que nos lleva a ninguna parte...

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